jueves, 21 de junio de 2018

Refugiados de primera, refugiados de segunda… y refugiados de tercera. ¿Trata Europa a todos los refigiados de la misma forma?

Fuente: http://www.elespiadigital.com/index.php/noticias/historico-de-noticias/12347-refugiados-de-primera-refugiados-de-segunda-y-refugiados-de-tercera-itrata-europa-a-todos-los-refigiados-de-la-misma-forma

(Por Jesús Domínguez) Bajo la denominación de “refugiados” la Unión Europea ha recibido a lo largo de 2015 un millón de personas que teóricamente han llegado hasta nuestras fronteras empujados por los conflictos de sus países de origen. La verdad es que la manera en que se ha producido este fenómeno, de forma exponencial, repentina, masiva y sin ningún tipo de control, ha ocasionado que se hayan mezclado churras con merinas y que Europa tenga que lidiar con el problema vital más importante desde la caída del Muro de Berlín.
Independientemente de las múltiples causas y explicaciones de este fenómeno, si algo ha quedado claro, es que en la arena pública occidental existe una discriminación o diferenciación entre distintos tipos de movimientos masivos de refugiados en Europa, en función de lo que a la opinión pública se quiera transmitir o inculcar. Así, tendríamos varias categorías o clasificaciones para los refugiados que irían parejas al tratamiento que reciben o han recibido: refugiados de primera (los “famosos” que acaparan portadas en occidente), refugiados de segunda, y por último, en el vagón de cola, los refugiados de tercera regional. Pasemos a echar un vistazo a los refugiados que no forman parte de la Champions Leage.
Refugiados de segunda

La situación actual en el este de Ucrania es de un statu-quo de “no-guerra” camino de transformarse en un conflicto congelado de baja intensidad. Pero en aproximadamente un año de conflicto en Ucrania cerca de un millón y medio de refugiados procedentes de diferentes regiones del país han atravesado la frontera hacia Rusia huyendo de la guerra. Casi de manera uniforme, los refugiados abandonan sus hogares precipitadamente sin apenas ninguna pertenencia, y muchas veces solo con lo puesto.


Refugiados del este de Ucrania
Esta auténtica marea humana ha sido por completo ignorada por los medios de comunicación, políticos, e instituciones occidentales, y obviamente ha supuesto un grave problema humanitario y económico para la Federación Rusa, que ha tenido que afrontar en solitario semejante drama de dimensiones descomunales. Y es que hay un componente muy importante a destacar: Rusia ha abierto sus fronteras de par en par a todos los refugiados procedentes de Ucrania, independientemente del bando al que pertenecieran.
Dentro de este millón y medio de refugiados procedentes de Ucrania en Rusia, la peor parte, la más dramática sin duda alguna, es la que están viviendo ahora mismo miles de niños que han llegado solos a territorio ruso (sus padres han fallecido en los combates, se han quedado en la zona de conflicto, han desaparecido, o simplemente se han perdido) y que están siendo acogidos por instituciones de caridad y la Iglesia Ortodoxa en toda Rusia. Su situación es muy dramática, tanto en lo afectivo como en lo material, carecen de todo lo básico, y no por ser evidente hay que dejar de señalarlo, la climatología allí es muy dura.
Nadie en occidente, en especial en la Unión Europea, se está preocupando de la situación de estos refugiados y de los retos futuros que planteará su posible retorno, y sus consecuencias para Europa[1].
Refugiados de tercera regional
En Serbia hay actualmente más de 900.000 refugiados procedentes de los conflictos armados de Croacia (390.000), Bosnia (270.000), y de Kosovo (250.000).
Algunos fueron acogidos por familiares. Otros, los “más afortunados”, tuvieron que marchar posteriormente hacia Canadá, EEUU, Rusia, y la Unión Europea.  Pero la mayor parte de estas familias de “refugiados de tercera” viven en viviendas temporales, en condiciones difíciles, donde en ocasiones tienen que compartir angostos refugios prefabricados donde afrontan conjuntamente los gélidos inviernos balcánicos desde hace muchos años.
Todos ellos fueron expulsados de sus hogares, y no han recibido ningún tipo de ayuda sustancial, o incluso un mero apoyo formal, de ninguna de las instituciones que ahora tanto alardean de solidaridad en las portadas de los medios de comunicación.







Incendios y saña contra las iglesias cristianas por parte de los albanokosovares
Hay en este caso un agravante que debería lacerar a la manipulada conciencia colectiva de la Unión Europea: el factor tiempo y la inacción. Estamos hablando de situaciones que perviven en el tiempo en algunos casos desde 20 (veinte) años, como el caso de los más de 250.000 serbios expulsados en 48 horas de la región de Krajina por las tropas croatas durante la “Operación Tormenta” en 1995.  Todas esas personas aún no han podido regresar a sus hogares (aún escriturados registralmente a nombre de sus propietarios originales), ni resarcirse por las injusticias sufridas, y además nadie en occidente ha puesto los medios necesarios para que eso pueda suceder. Es más, da la impresión de que lo que se ha intentado hacer es cubrir esta limpieza étnica (acaecida en un país de la UE) con un manto de olvido.
Sin embargo, la comparación más lacerante, tanto por su cercanía como por lo que ha supuesto emocionalmente para toda una nación, es el caso del ninguneo de Occidente al drama vivido por los serbios expulsados de Kosovo.
Un drama humano vivido en 2 actos

Mientras a principios de 1999 vimos como los informativos prime-timeoccidentales conectaban en directo con los campamentos de desplazados albano-kosovares de la guerra para justificar una intervención armada de la OTAN en Kosovo, toda aquella cobertura informativa se esfumó en cuando se desató una violenta limpieza étnica contra todo el no-albanés (serbios, romanís, goranis[2], bosniacos) una vez concluida la guerra, y con la OTAN-ONU presentes en la zona para velar por la paz.

Monasterios e iglesias cristianas ortodoxas incendiadas y destruidas por los albanokosovares


[1] No propiamente “Refugiados”, si no “Desplazados” son los miles de personas que internamente se han movido dentro de Ucrania a causa de la guerra. Su casuística no entraría dentro de esta definición, pero sin duda alguna no sería justo olvidarles, tal y como si han hecho la UE y los EEUU al dejarlos solos frente a este y otros problemas derivados del apoyo incondicional al belicismo de Kiev.
[2] Gorani significa “gente de la montaña”. Designa a una corriente musulmana que practica un sincretismo religioso parecido conceptualmente al de los drusos.
[3] 935 casas de serbios, 10 edificiios públicos y 35 iglesias y edificios religiosos fueron destruidos, dañados, o execrados, y 6 pueblos fueron limpiados étnicamente de sus pobladores cristianos. Cuando recordamos las revueltas que ocasionaron unas viñetas de Mahoma en un pequeño periódico danés en el mundo musulmán, y lo comparamos con la pasividad de occidente ante semejantes tropelías contra “lo más sagrado”, y en suelo europeo, da que pensar sobre el problema de fondo que existe en Europa.


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