Fuente: http://www.elespiadigital.com/index.php/noticias/historico-de-noticias/12347-refugiados-de-primera-refugiados-de-segunda-y-refugiados-de-tercera-itrata-europa-a-todos-los-refigiados-de-la-misma-forma
(Por Jesús Domínguez) Bajo la denominación de “refugiados” la Unión Europea ha recibido a lo largo de 2015 un millón de personas que teóricamente han llegado hasta nuestras fronteras empujados por los conflictos de sus países de origen. La verdad es que la manera en que se ha producido este fenómeno, de forma exponencial, repentina, masiva y sin ningún tipo de control, ha ocasionado que se hayan mezclado churras con merinas y que Europa tenga que lidiar con el problema vital más importante desde la caída del Muro de Berlín.
(Por Jesús Domínguez) Bajo la denominación de “refugiados” la Unión Europea ha recibido a lo largo de 2015 un millón de personas que teóricamente han llegado hasta nuestras fronteras empujados por los conflictos de sus países de origen. La verdad es que la manera en que se ha producido este fenómeno, de forma exponencial, repentina, masiva y sin ningún tipo de control, ha ocasionado que se hayan mezclado churras con merinas y que Europa tenga que lidiar con el problema vital más importante desde la caída del Muro de Berlín.
Independientemente de
las múltiples causas y explicaciones de este fenómeno, si algo ha quedado
claro, es que en la arena pública occidental existe una discriminación o
diferenciación entre distintos tipos de movimientos masivos de refugiados en
Europa, en función de lo que a la opinión pública se quiera transmitir o
inculcar. Así, tendríamos varias categorías o clasificaciones para los
refugiados que irían parejas al tratamiento que reciben o han recibido:
refugiados de primera (los “famosos” que acaparan portadas en occidente),
refugiados de segunda, y por último, en el vagón de cola, los refugiados de
tercera regional. Pasemos a echar un vistazo a los refugiados que no forman
parte de la Champions Leage.
Refugiados de segunda
La situación actual en
el este de Ucrania es de un statu-quo de “no-guerra” camino de
transformarse en un conflicto congelado de baja intensidad. Pero en
aproximadamente un año de conflicto en Ucrania cerca de un millón y medio de
refugiados procedentes de diferentes regiones del país han atravesado la
frontera hacia Rusia huyendo de la guerra. Casi de manera uniforme, los
refugiados abandonan sus hogares precipitadamente sin apenas ninguna pertenencia,
y muchas veces solo con lo puesto.
Refugiados del este de Ucrania
Esta
auténtica marea humana ha sido por completo ignorada por los medios de
comunicación, políticos, e instituciones occidentales, y obviamente ha supuesto
un grave problema humanitario y económico para la Federación Rusa, que ha
tenido que afrontar en solitario semejante drama de dimensiones descomunales. Y
es que hay un componente muy importante a destacar: Rusia ha abierto sus
fronteras de par en par a todos los refugiados procedentes de Ucrania,
independientemente del bando al que pertenecieran.
Dentro
de este millón y medio de refugiados procedentes de Ucrania en Rusia, la peor
parte, la más dramática sin duda alguna, es la que están viviendo ahora mismo
miles de niños que han llegado solos a territorio ruso (sus padres han
fallecido en los combates, se han quedado en la zona de conflicto, han
desaparecido, o simplemente se han perdido) y que están siendo acogidos por
instituciones de caridad y la Iglesia Ortodoxa en toda Rusia. Su situación es
muy dramática, tanto en lo afectivo como en lo material, carecen de todo lo
básico, y no por ser evidente hay que dejar de señalarlo, la climatología allí
es muy dura.
Nadie
en occidente, en especial en la Unión Europea, se está preocupando de la
situación de estos refugiados y de los retos futuros que planteará su posible
retorno, y sus consecuencias para Europa[1].
Refugiados
de tercera regional
En
Serbia hay actualmente más de 900.000 refugiados procedentes de los conflictos
armados de Croacia (390.000), Bosnia (270.000), y de Kosovo (250.000).
Algunos
fueron acogidos por familiares. Otros, los “más afortunados”, tuvieron que
marchar posteriormente hacia Canadá, EEUU, Rusia, y la Unión Europea.
Pero la mayor parte de estas familias de “refugiados de tercera” viven en
viviendas temporales, en condiciones difíciles, donde en ocasiones tienen que
compartir angostos refugios prefabricados donde afrontan conjuntamente los
gélidos inviernos balcánicos desde hace muchos años.
Todos
ellos fueron expulsados de sus hogares, y no han recibido ningún tipo de ayuda
sustancial, o incluso un mero apoyo formal, de ninguna de las instituciones que
ahora tanto alardean de solidaridad en las portadas de los medios de
comunicación.
Incendios y saña contra las iglesias cristianas por
parte de los albanokosovares
Hay en
este caso un agravante que debería lacerar a la manipulada conciencia colectiva
de la Unión Europea: el factor tiempo y la inacción. Estamos hablando de
situaciones que perviven en el tiempo en algunos casos desde 20 (veinte) años,
como el caso de los más de 250.000 serbios expulsados en 48 horas de la región
de Krajina por las tropas croatas durante la “Operación Tormenta” en
1995. Todas esas personas aún no han podido regresar a sus hogares (aún
escriturados registralmente a nombre de sus propietarios originales), ni
resarcirse por las injusticias sufridas, y además nadie en occidente ha puesto
los medios necesarios para que eso pueda suceder. Es más, da la impresión de
que lo que se ha intentado hacer es cubrir esta limpieza étnica (acaecida en un
país de la UE) con un manto de olvido.
Sin
embargo, la comparación más lacerante, tanto por su cercanía como por lo que ha
supuesto emocionalmente para toda una nación, es el caso del ninguneo de
Occidente al drama vivido por los serbios expulsados de Kosovo.
Un
drama humano vivido en 2 actos
Mientras
a principios de 1999 vimos como los informativos prime-timeoccidentales
conectaban en directo con los campamentos de desplazados albano-kosovares de la
guerra para justificar una intervención armada de la OTAN en Kosovo, toda
aquella cobertura informativa se esfumó en cuando se desató una violenta
limpieza étnica contra todo el no-albanés (serbios, romanís, goranis[2],
bosniacos) una vez concluida la guerra, y con la OTAN-ONU presentes en la zona
para velar por la paz.
Monasterios e iglesias cristianas ortodoxas
incendiadas y destruidas por los albanokosovares
[1] No
propiamente “Refugiados”, si no “Desplazados” son los miles de personas que
internamente se han movido dentro de Ucrania a causa de la guerra. Su
casuística no entraría dentro de esta definición, pero sin duda alguna no sería
justo olvidarles, tal y como si han hecho la UE y los EEUU al dejarlos solos
frente a este y otros problemas derivados del apoyo incondicional al belicismo
de Kiev.
[2]
Gorani significa “gente de la montaña”. Designa a una corriente musulmana que
practica un sincretismo religioso parecido conceptualmente al de los drusos.
[3] 935
casas de serbios, 10 edificiios públicos y 35 iglesias y edificios religiosos
fueron destruidos, dañados, o execrados, y 6 pueblos fueron limpiados
étnicamente de sus pobladores cristianos. Cuando recordamos las revueltas que
ocasionaron unas viñetas de Mahoma en un pequeño periódico danés en el mundo
musulmán, y lo comparamos con la pasividad de occidente ante semejantes
tropelías contra “lo más sagrado”, y en suelo europeo, da que pensar sobre el
problema de fondo que existe en Europa.